La Stapelia grandiflora también se le conoce
como flor estrella de mar, cactus
estrella de mar, estapella, flor del largarto, planta de Carrión, aunque en
realidad no es un cactus pertenece a la familia de las Apocynaceae. Es oriunda
del sur de África y más concretamente de Botsuana, Zimbawe y Namibia.
Considerada como planta de colección por aquellos amantes conocedores
Características de la Stapelia grandiflora
La Stapelia grandiflora crece formando matas desde la base. Los tallos son de color verde e incluso con una tonalidad grisácea. Poseen 4 aristas con corte transversal a manera de “X”. Presenta puntas en las aristas, pero sin espinas. Pueden alcanzar una altura de 25 cm. La flor en forma de estrella de 15 cm de diámetro posee 5 pétalos pilosos.
Cuidados de la Stapelia grandiflora
Florece entre los meses de verano y otoño, la Stapelia grandiflora ha evolucionado para poder atraer a sus polinizadores, la mosca azul o verde (Calliphoridae), ya que el olor que desprende es muy fuerte y peculiar. Las cuales acuden atraídas para efectuar la puesta de huevos dentro de la flor.
Es preciso cultivarla en semisombra y no exponerla al sol directo.
La planta puede ser capaz de resistir temperaturas cercanas a los 0˚C, pero se recomienda mantenerla por encima de los 12˚C. Aunque es importante que tenga un reposo riguroso en el invierno.
El riego se debe hacer 3 veces por semana durante el verano e ir minimizando el riego una vez cada día durante el invierno. Para ello es preciso que el sustrato se encuentre seco antes de proceder al siguiente riego.
El sustrato debe estar bien drenado como el mantenimiento de los cactus.
Para abonar debe hacerse con fertilizante líquido diluido en el agua de riego cada 3 o 4 semanas. El abono debe aplicarse durante el período de crecimiento.
La Stapelia grandiflora se reproduce por semillas y esquejes. En caso de emplear esquejes, dejar secar el corte por una o dos semanas para que cicatrice bien antes de proceder a sembrarla. Esta operación puede llevarse a cabo a inicios del verano.
Sin duda una planta de una flor bastante peculiar que no podría pasar desapercibida, gracias a su belleza y aroma. Por lo que valdría la pena tener unas cuantas en el jardín. Siempre y cuando se lleven a cabo los cuidados pertinentes para tenerla fuerte y vigorosa. Siendo ideal para adornar jardines rocosos.
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